Andalucía es la comunidad española que tiene la tasa de suicidio más elevada. ¿De verdad vivimos tan bien aquí?, si la respuesta es afirmativa me surge otra: entonces ¿qué falla?
Navegando por la red he encontrado una web en la que viene recogido el número de suicidios españoles por comunidad. En el año 2006 hubo 553 hombres que en Andalucía se quitaron la vida. Es casi el doble que Cataluña y la Comunidad Valenciana, que son las inmediatas seguidoras. En el apartado femenino también gana (o pierde, según se mire) Andalucía. Son muchas muertes, y tenemos que tener en cuenta que existe una ocultación de muertes por suicidio. Así que probablemente esos datos deberían ser aún mayores.
No penséis que soy un macabro, estoy ojeando este tipo de datos porque en mi pueblo (Puerto Real) existen muchos casos de este tipo y siempre me he preguntado el por qué. Imagino que algún motivo ambiental o social debe existir para que en determinados lugares el suicidio sea tan repetido. Por ejemplo está demostrado que hay más suicidios de ateos que de personas religiosas.
Es paradójico también que en los países con alto PIB y renta per cápita, es donde las tasas de suicidio son más altas. De forma que Finlandia, Dinamarca, Suiza, Austria, Alemania, Francia, Suecia… triplican en sus tasas a países como España, Portugal, Grecia, e Italia.
Un dato paradójico es que los países con más sedentarismo (los sureños) son los menos suicidas mientras que los más deportistas (nórdicos y centrales) son mucho más suicidas.
Como anécdota, citaré que existe en Jaén un triángulo formado por Alcalá La Real-Frailes-Castillo de Locubín, que presenta tasas mucho más altas que el entorno y se discute si puede deberse a una “moda” psicológica-cultural o al tema de la serotonina.
¿Valientes o cobardes?, lo cierto es que cuando se quitan la vida hay un valiente o un cobarde menos.