martes, 25 de enero de 2011

Folio en blanco

Quien espera desespera y es que la mayor responsabilidad es la que se marca uno mismo. 30 años de fidelidad a su corona, una vida entregada a su contemplación y un calendario que descuenta mañanas como si una epidemia de prisa le corroyera por dentro.

Sé que iré con ilusión a la cita, con mi traje recién planchado y mi camisa de blanca timidez. Sé que los nervios anudarán mi estómago y que me será difícil contener la ilusión por mis ojos. Sé que seré feliz, aunque salga regular, aunque nunca llegue a lo que se espera. Pero aún no sé qué diré. Tengo claro lo que quiero transmitir pero aún no ha venido a visitarme la musa de la escritura, esa que hace tachones sobre los papeles del deseo.

Aún la espero.

jueves, 13 de enero de 2011

Sensaciones


Poesía de Manuel Alcántara. Sentimiento de Mayte Martín. Poco más se puede decir, solo escuchar.

lunes, 3 de enero de 2011

Feliz Año 2011

Cuando enero amanece Pablo despierta nervioso y excitado. Ya se cerró la puerta de la atalaya que recubre de polvo los recuerdos del pasado. Hoy vuelve a bañarse en la ilusión de un niño de 30 años que tiene ante sí un encuentro esperado. Las cortinas descorren la mañana y es el momento de colgar el nuevo calendario en la antigua puntilla que como siempre aguanta desfallecida el paso de los años. Desde hoy Pablo marcará con el rotulador rojo las cruces del tiempo pretérito, de ese que ya no desespera, de ese que le va acercando cada vez más a la ilusión de un mundo de vísperas esperadas.

No lo tenía planeado, pero sin pensarlo ha remarcado varias veces con un círculo de rotulador un número exacto, el 2011. Este es el año se dice para sí, la fecha se acerca.

Desde entonces, cada mañana Pablo hará una cruz en el calendario y progresivamente su mirada se encenderá más, como el fuego que poco a poco va apoderándose de los troncos inertes que mueren en la hoguera.

Piensa de una forma rotunda que su existencia prácticamente dejaría de tener sentido si este 2011 no hubiese llegado. Lleva años pensando cómo será, imaginando los nervios de la mañana, la felicidad de cada minuto y los recuerdos imborrables que le proporcionará.

Pablo vive en la esperanza de que el rotulador rojo vaya desgastando su tinta y poco a poco le vaya anunciando que llega el día esperado. Pablo es feliz, lleva tiempo queriendo ver en el calendario los 4 dígitos que le anuncien el 2011. Esta mañana ha salido a pasear bajo el sol y todo le parece magnifico, para él la vida en este año se ha coloreado de felicidad.


Pd. Espero que este 2011 traiga días inolvidables para todos, y que sin necesidad de marcar cruces, el calendario se porte bien con nosotros. Vendrán bodas, niños, trabajos, amigos, viajes... seremos felices.