viernes, 13 de abril de 2012

De nuevo te busco

Aún me resuenan tus clarines en mis sentidos y ya he de celebrar los cohetes que te aclaman. Aún no se ha ido la trasera de tu manto de mi recuerdo y ya bajamos las botas del altillo para buscarte de nuevo. Aún mi esfuerzo no se ha agotado cuando pongo empeño de nuevo por seguir tus pasos. Así vivimos, en una continua búsqueda del amor, en una continua esperanza compartida, en un sin vivir de sentimientos que turban nuestra razón y nos transmite tan solo una idea irrefutable: eres tan inmensa que siempre necesitamos buscarte.

Y no me refiero a tu imagen terrenal, ni al dorado de tu trono, ni a la reja que custodia tu marisma, ni a la gloria de tu nombre, me refiero a nosotros mismos. Buscarte a ti no es más que tratar de encontrarnos a nosotros mismos.

Dejo mi túnica costalera de penitencia heredada para poner rumbo a compás de sevillanas hacia tu bendita mirada de madre rociera. Un ir y venir, siempre ir y venir, pero siempre contigo a ambos lados. Así es mi vida, entre Cádiz y Huelva. Y siempre que puedo trato de buscarte también en la mediana de mi camino, porque en Sevilla también reposas tú, en Triana, en la calle Verónica, en San Juan de la Palma o Molviedro.

Mi vida se resume en tu continua búsqueda, que en definitiva es mi propia búsqueda.

¿Cómo volver a pronunciar tu nombre si al hacerlo me abrumo?. Perdona de nuevo mi atrevimiento.