jueves, 23 de febrero de 2012

¿Origen, calidad o magia?

Una de las marchas procesionales más interpretadas en los últimos tiempos es, sin duda, "Caridad del Guadalquivir". Sin embargo, se trata de una marcha que lleva aparejado un conflicto muy significativo. Hay quien dice que no tiene calidad musical, y otros aseguran que lo importante es que a la gente le guste, y vaya si lo hace. Hay quien asegura que no es original, y otros defienden que por encima de los orígenes de autoría el sentimiento siempre debe prevalecer en una composición.

La cuestión es que la marcha al parecer es una adaptación para banda de música de una rumba del grupo Albahaca, en el que Paco Lola (su autor) es componente. La rumba se llama "Y el Guadalquivir", y años más tarde el autor de la misma la adaptó para convertirla en marchaprocesional.



Hasta aquí sería normal, ya que es el mismo autor de la rumba quien la adapta a marcha. Pero existe otro paso más allá. En Galicia existe una canción popular de cuna que se interpreta a modo de nana y que es mucho más anterior a la rumba de Paco Lola. La canción se llama "Texendo Suaños" y en su introducción vocal repite el esquema melódico de la posterior marcha.



Yo no estoy dispuesto a domesticar mis sentimientos ni a ponerle cadenas a la música. He podido disfrutar de momentos sublimes escuchando esta marcha, y en múltiples ocasiones ha logrado hipnotizarme con la ayuda de algún palio sevillano. La Semana Santa no es un concurso donde exista una regla que anteponga la originalidad o la calidad compositiva.

Que cada cuál la disfrute a su manera. Os dejo un video donde es la Agrupación Musical Virgen de los Reyes quien la interpreta. Vaya duo limpio, brillante y claro.

miércoles, 22 de febrero de 2012

40 días de espera

Es la semana mas maravillosa del año. El carnaval y la cuaresma se dan la mano. Uno comienza a despedirse y la otra arremanga las mangas de sus vísperas para comenzar a llenar de espera morada la morada de nuestros anhelos.

40 días de espera, de luz de velas, de detalles, de flores y relojes. Una nueva cuaresma para que nuestros oidos se adapten del compas del tres por cuatro al de un redoble coincidente en el pié izquierdo de los centinelas de galeras místicas que cruzan los ríos de calles de nuestras ciudades.

Es tiempo de ilusionar de nuevo nuestros corazones en la esperanza de volver a ver lo conocido y sin embargo disfrutarlo como si nunca hubiese pasado. Días en los que anhelamos ver de nuevo a Dios en la misma esquina, poder tocar de nuevo su plata y llorar de la mano de quien nos quiere viendo la noche oscura cerrándose sobre el misterio aquel que nos toca en los adentros.

El señor nos regaló 40 días para no caer en la dislexia de pensamientos encontrados. La carne y la cuaresma, la alegría y el recogimiento, la risa y el llanto, la carrera y la pausa, el alboroto y la reflexión...

Qué me gusta esta semana, dintel de mis dos pasiones. Alféizar de la ventana de sueños que evidencian una nueva realidad.

Dejo de ser devoto de los compases copleros para tomar mis hábitos de pagano endeudado con la fe. Dejo a un lado todo yo y me envuelvo en un nuevo rostro, siendo el mismo, que completa mi identidad.

Sueño entre coplas y amanezco entre cenizas. Qué bendito més, qué bendita época y qué alegría de vivir para poder ver, disfrutar y contemplar las dos pasiones más irrefrenables que existen en mi vida, mi Carnaval y mi Semana Santa.