lunes, 22 de agosto de 2011

Monos

The Lazy Song es una canción del cantante y compositor estadounidense Bruno Mars. Fue lanzada como el tercer sencillo de su álbum Doo-Wops & Hooligans el 15 de febrero de 2011. La canción está escrita por K'naan y The Smeezingtons, quienes también la produjeron. La letra habla sobre pasar un día entero "sin hacer nada".

El videoclip de la canción se estrenó el 14 de abril de 2011 en MTV y VH1.vFue dirigido por Nez y cuenta con la colaboración del grupo de baile Poreotics, disfrazados de monos. El video fue filmado en una sola toma, y muestra a Mars cantando en una habitación y a los monos bailando. El video en youtube ya cuenta con más de 100 millones de visitas.


jueves, 11 de agosto de 2011

Filarmónica de Santiago

Llegó, echó unas risas, desenfundó su máquina del tiempo y todos empezamos a disfrutar de la Filarmónica de Santiago. Tocando gitano, distinto, con un sello diferente, en sus manos se encerraba y se definía el compás. Alguna vez dijo que él también era humano y podía perder el compás, pero nadie le creyó.

Morao, Moraito o Moraito Chico, sírvase el consumidor, ganaba en la cercanía. Tuve la oportunidad de tratarlo de cerca un par de veces, la que más y mejor recuerdo fue cuando preparamos juntos el cierre de campaña de Pedro Pacheco en Jerez. Sus dedos no paraban quietos aún con una cerveza en la mano y su compás se percibía hasta en su forma de hablar.

Hay guitarristas geniales, virtuosos y técnicos, pero el sello gitano hecho soniquete de sonanta jerezana llevará por siempre el nombre de Morao. Un placer para los sentidos, un justo y medido acompañamiento, un toque certero y sutil, siempre en el momento adecuado.

De cantar a su lado han podido presumir los más grandes, La Paquera de Jerez, Manolo Caracol, Camarón de la isla, José Mercé, El Torta, Terremoto o Miguel Poveda. Con 12 añitos ya empezó a acompañar a estas grandes figuras. Ahora será su hijo, Diego del Morao, quien queda huérfano de herencia, el que tendrá que tirar de coraje flamenco para defender su legado. Será grande, ya lo es, tiene el sello, tiene el sentir, pero aún así la Filarmónica de Santiago que suponían los dedos de su padre nunca más volverá a sonar.

Qué pena me dan los que pueden escuchar flamenco sin emocionarse, ¡qué pena!.

domingo, 7 de agosto de 2011

Equivocaciones gratificantes

Valió la pena saltarse la siesta, gastar gasoil, pasar calor por la carretera y hasta equivocarse. Valió la pena llegar a Extremadura, volver, llamar, dar con la ruta y llegar tarde. Todo valió la pena por verla y poder cogerla entre mis brazos unos minutos.


Bonita como pocas, tranquila y ojeadora. Pude darle un beso a su madre, felicitar a su padre y descubrir que en aquella casa nada podrá faltarle porque de lo que en este mundo vale la pena allí sobra.


Es preciosa y como se parezca un poquito a la madre será tremendamente inteligente y cariñosa. Luego, con el recuerdo de su olor, de su mirada, de su piel y de su carita volvimos a la carretera.


El mundo es insignificante ante una mirada tan vital y tan honesta como aquella. Lo que de verdad importa es algo que no entiende ni de equivocaciones, ni de carreteras con curvas, ni de pendientes, ni rutas. Lo que verdaderamente importa en esta vida se resume en algo tan pequeño y tan grande a la vez.


Cecilia ha tenido la suerte de venir al mundo en una familia envidiable y a mi me encantaría que ella supiera que me tendrá para lo que necesite, aunque jamás le falte de nada. Me auto-denomino "su tito" aunque esa suerte no me ha tocado por cuestiones sanguíneas.


De cuando en cuando me gustaría equivocarme si al final de las curvas encuentro su sonrisa.



Bienvenida al mundo sobri.