miércoles, 14 de abril de 2010

María Auxiliadora

Quedan lejos ya en el recuerdo los sones clarineteros y el olor a humeante incienso. La semana más esperada se nos ha ido de las manos como el que no quiere la cosa. Comienza la cuenta atrás y una nueva etapa de trabajo a la sombra, de caridad y de cristiandad. Las glorias de maría irán poco a poco deshaciéndose del polvo que desde el año pasado recubre su recuerdo. Otra vez más será María Auxiliadora quien me levante, me retenga, me azuce y me regale.


Nuevamente tengo el honor de pregonar a una virgen de mi pueblo. Recuerdo casi con pudor la primera vez que exalté desde un atril la belleza hecha creencia de muchas mentes que solo tienen fuerzas para creer. Recuerdo que fue emocionante y no voy a negar que desde entonces le tengo un cariño muy especial a la Virgen del Carmen. Casi nunca había reparado en su inmensidad, desde entonces cada vez que la miro me apabulla.


Apenas tengo tres semanas para escribir algo que diga algo. Aún no he comenzado y ni si quiera tengo en mi cabeza la forma de hacerlo, simplemente porque aún no he hablado con ella. Estoy seguro que tiene cosas que decirme y será entonces cuando comience a escribir garabatos para la reina del auxilio. Espero no equivocarme, pero si lo hago al menos lo haré con la conciencia tranquila de quien escribe lo que siente y pronuncia lo que padece.


El pregón será el fin de semana del 8 de mayo en la Iglesia de María Auxiliadora. Os espero.

No hay comentarios: