martes, 29 de marzo de 2011

Pregón

Fue maravilloso. Tenía ganas de hablarle tranquilo, tenerla durante una hora para mi. Contarle mis deseos, mis recuerdos y mis anhelos. Antes de irme y de recibir las felicitaciones (muchas gracias) le recité estos versos.


Quién fuera portalón para verte regresar,
quién fuera de la prioral reja
dónde manos agarradas esperan para verte pasar,
quién fuera arco de su propio callejón
para velar tu llegada con macetas en flor,
quién fuera adoquín en tu camino
para poder ofrecerte el reposo más tranquilo,
quién fuera la cera de tu pabilo
para alumbrarte de noche el camino,
quién fuera bambalina de terciopelo
para enamorarte con su vaivén por el sendero,
quién banderín de la Estrella
para proteger tu manto de callada manera,
quién fuera el cartón de tus capirotes
para elevarse al cielo y dibujar tus constelaciones,
quién luna temprana de primavera
para asomarse por la platea de tu teatro a la escena,
quién flor cortada de Chipiona
para perfumarte la aurora,
quién fuera cirial acolitado
para sentir la fuerza de la juventud a tu lado,
quién acera estrecha de la calle Vaqueros
para recibir tus lágrimas de cera cuando caen al suelo…
y es que somos devotos, admiradores y centinelas,
hermanos de esta hermandad
que llevamos a fuego en nuestro pecho con orgullo y galanura
el nombre de mi VeraCruz y el tuyo, Amargura…. He dicho.

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