Enterrado en la luz de cobre que proyectaba el flexo, me sumergí en un mundo de imágenes y sensaciones como jamás las había conocido. Personajes que se me antojaron tan reales como el aire que respiraba me arrastraron en un túnel de aventura y misterio del que no quería escapar. Página a página, me dejé envolver por el sortilegio de la historia y su mundo hasta que el aliento del amanecer acarició mi ventana y mis ojos cansados se deslizaron por la última página. Me tendí en la penumbra azulada del alba con el libro sobre el pecho y escuché el rumor de la ciudad dormida goteando sobre los tejados salpicados de púrpura. El sueño y la fatiga llamaban a mi puerta, pero me resistí a rendirme. No quería perder el hechizo de la historia ni todavía decir adiós a sus personajes.
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3 comentarios:
Me ha encantado la entrada, a mí también me pasa, es genial esa sensación de cuando te has acabado de leer un libro que te ha gustado, te ha hecho pensar o en el que te has metido o involucrado de alguna manera, aunque sea de madrugada, tarde o comience a vencerme el sueño, también me resisto a dormirme, me encanta pensar luego en ello, darle vueltas y recrearme en la historia, es como si te diera pena dejar atrás a los personajes que has encontrado,
Un besazoooo!!:D
Buf!
A mi también me enganchó este libro, me lo leí en 3 noches, y como muy bien dices me ponía a dormir cuando me dolían los ojos.
Lo he recomendado mucho.
Petonets
Me alegra ver que sigue habiendo gente que cae ne la magia de Ruiz Zafón, un autor totalmente recomendable....
Un saludo desde Huelva
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