viernes, 29 de enero de 2010

Escuchar

Hacía mucho tiempo que no escuchaba la radio. A veces la pongo, la oigo, la critico, la analizo, la comento… pero pocas veces la escucho.

Ayer, sin embargo, estuve escuchándola por la noche. Estaba solo en el salón, a oscuras en mi nuevo apartamento, sin nada ni nadie que me entretuviera, y me recordé de pequeño en mi habitación por la noche, casi escondido de mis padres porque al día siguiente había que ir al cole. Un walkman antiguo me servía de ventana a ese fascinante mundo de coplas. Siempre escondido bajo las sábanas para que nadie se percatara, excepto mi abuela, que siempre fue mi cómplice.

Lo que escuchaba me transportaba a un mundo de sueños, me ilusionaban los compases chirigoteros, las letras comprometidas de las comparsas, las falsetas de los tangos… era algo mágico, algo que con el paso de los años he ido acrecentando de forma premeditada.

Ayer, el niño que escuchaba a escondidas la radio cuando se iba a dormir volvió a renacer en mí. Uno de mis grupos favoritos estaba en escena y la voz del otro lado de la radio me anunciaba que comenzaba la presentación. Cerré los ojos y me dejé llevar por las notas que iban saliendo de la radio, por las silabas y las palabras que cantaban, por la intención de un autor. Con los ojos cerrados casi pude ver el tipo, o al menos lo imaginé, y pude estar en el Falla por unos momentos.

El poder de la radio es mágico y ayer volví a sentirlo. Me emocioné como aquel niño que protegido por su abuela escuchaba carnaval a oscuras, y me sentí de nuevo pequeño, sin preocupaciones durante aquellos momentos fascinantes.

Cuando terminó la actuación apague la radio y me metí en la cama, estaba solo pero sonreía, y no era para que lo viera nadie, era porque durante un instante había escuchado de nuevo la radio, aquella que me bautizó periodista, y que cuando quiere me envuelve en su mundo como si yo fuera un ser insignificante a su antojo.

Además, la comparsa de Quiñones fue sublime.

jueves, 28 de enero de 2010

Esperado

Los carnavales han comenzado y los ensayos de Semana Santa también. Ha llegado la época del año que más me gusta, que más disfruto y que más me emociona. Afortunadamente he terminado y entregado el guión del documental que tenía encargado y parece que voy a tener un pelín más de tiempo libre. A ver cuanto dura esta racha.

A pesar de todo mañana se celebra el cumpleaños de un amigo que este año no estará entre nosotros para soplar las velas. Será su primer cumpleaños sin él. Juan Andrés García ha sido una de esas personas que en poco tiempo me ha marcado mucho. Su manera de hacer radio y de entender esta profesión siempre me fascinó. A pesar de que todo empieza a despejarse y yo empiezo a disfrutar con mis casos y mis cosas, mañana echare de menos la risa de Juan Andrés, su voz y su talante.

Nunca me he sentido más frágil que el día que conocí la noticia de su desaparición. Fueron horas, días y semanas donde el pensamiento de que en cualquier momento podemos dejar de existir se repetía constantemente. Siempre recordaré aquella navidad en la que entre cubatas intentaba convencerme del futuro prometedor que se me presentaba.

David Gallardo reforzaba al maestro diciéndome: “Para triunfar en esto sólo te falta suerte, el resto lo tienes”. Y desde entonces dudo de si tengo el resto o si lo que he tenido es solo la suerte de conocer a gente tan inigualable como ellos.

A pesar de este sentimiento, el carnaval creo que es la única materia que puede reconducir mi estado anímico casi sin pedirme permiso. Feliz carnaval a todos!