jueves, 7 de noviembre de 2013

Espera vital

El cristal de mis gafas soporta el agua del oceano marrón que recubre mis pupilas. Las gotas de emoción se detienen en ellos cuando recreo su imagen en mis brazos sin necesidad de más. Las 5 letras de su nombre hacen estremecerme de ansiedad en la espera de que su cuerpo tibio contacte con el mio.

Su llanto será la risa más maravillosa de mi mundo. Su peso será la carga más liviana para mi vida. Y su cara será el reflejo de la felicidad de un padre que desde ese momento estará en deuda con el destino.

Cada día que pasa mi piel va tomando una textura especial en una especie de ensayo para que la propia emoción del momento no fracase en su obligación de erizarme. Aún no te conozco y ya daría la vida por ti. Aún no te he besado y me muero por sentir un beso tuyo. Aún no te he dado la mano pero sé que contarás con ella siempre.

La vida me hace feliz y aún me ofrece algunas semanas de margen para disfrutar las vísperas de tu encuentro. Jamas pensé que envejecer daria tanta vida. Ojalá corra el reloj para que mi vida se llene de la luz que su cariño me tiene preparado.

Ojalá pueda sentir todo lo que lo queremos. Ojalá sepa que con su vida la mia tiene sentido.

miércoles, 14 de agosto de 2013

2 años soñando


Os dejo una fotografía navideña porque es la
única que tengo en mi actual lugar de trabajo

Como cuando te despiertas de una siesta inesperada, de un cabeceo, de un abrir y cerrar de ojos. Como cuando piensas que tan solo han pasado cinco minutos pero te das cuentas de que son horas. Como cuando echas la vista atrás y repasas la vida.
Así de rápido se han consumado los dos últimos años. Han pasado fugaces, sin solución de continuidad, a un ritmo trepidante para el que la rutina ya nos ha vacunado a base de realidad.
Hoy recuerdo el primer día y creo que las circunstancias han solapado las ilusiones, pero jamás el trabajo y la esperanza. Desde hace dos años duermo peor, como a deshora y no tengo ni un momento de descanso, pero estoy seguro que mi entrega no está cayendo en saco roto.
Desde hace dos años no escribo para mí. No firmo piezas, ni columnas, ni guiones, los hace otra persona y yo me mantengo en el escuadrón, soy uno más de la tropa que aporta hasta la vida en forma de discursos, notas, comunicados, expedientes, informes y otros folios donde quepan mis palabras.
El ego que todo periodista tiene, ese ansia de repercusión y proyección he tenido que guardarlo en un cajón para contribuir a un bien colectivo. Trabajar por el pueblo al que uno ama es un regalo y hacerlo junto a determinadas personas mucho más.
Hoy recuerdo que hace dos años vivía con mi mujer, trabajaba en televisión y era feliz. Hoy todo es diferente, pero tremendamente adictivo. Tengo la suerte de ver evolucionar en primera persona a mi tierra y de hacerlo junto a la primera alcaldesa en la historia de la democracia que tiene mi pueblo.
Ojalá que la suerte sea benévola con aquellos que la merecen. Han pasado dos años contribuyendo al desarrollo de la cuna de mis llantos infantiles y el escenario de cada una de las instantáneas de mi vida.
Hace dos años escribí algo así como “sed bienvenidos a un nuevo tiempo”, hoy confirmo aquellas ideas y me despierto tras una cabezada de dos años como el que sueña con un mundo mejor para los suyos.


miércoles, 19 de junio de 2013

El adios de un grande

En el dormitorio de mis padres había un video beta. Pude llevarme cuatro meses seguidos viendo día tras día la final de aquel año grabada en una cinta que dejó de funcionar cansada de escuchar aquellos repertorios. Así me aficioné a los carnavales, sin saber por qué, sin entender si quiera el trasfondo de aquellas coplas, de aquellos sones. Nadie me empujó a ello, nadie me habló antes de carnaval, nadie me enseñó a poner aquella cinta, pero mis ocho años habían decidido entretenerse con aquello que cada día me dejaba maravillado.
 
El carnaval me enganchó desde pequeño. Reconozco que yo no sería el mismo sin este veneno y que esta pasión es algo inexplicable, tanto que a una de las habitaciones de mi casa le llamamos la habitación del carnaval. Desde aquellos 8 años me aficioné a tres comparsas por encima del resto, me transmitían más, me hacían sentir diferente, y lo han hecho durante muchos años.
 
No soy fanático de ningún autor pero los años y las coplas me han empujado a tener tres favoritos. Lo pasé mal con la ausencia de Antonio Martín y con la de los Majaras, pero el anuncio del adiós de Quiñones no sé por qué me suena más definitivo. Espero que tan solo sea un parón, un alto en el camino. Han sido muchas coplas y no volver a descubrir ninguna nueva se me hará difícil.
 
Los que amamos el carnaval te echaremos de menos maestro. Gracias por tantas letras.
 

jueves, 23 de mayo de 2013

Luz de vida

Ya no sé de donde soy  ni qué me pertenece. Quizás nunca fui de ningún sitio concreto, y quizás nada jamás me pertenezca. Hay veces que necesitas sentirte de algún lugar, mirar al suelo y ver raíces, crecer viendo la misma marea al final de la calle. Y sin embargo hay días en los que querría desaparecer, ser universal, experimentar la libertad de conocer y olvidar el verbo reconocer.

No sé en qué etapa estoy. A veces dudo del lugar al que pertenezco. Quiero pensar que pertenezco a un pueblo pequeño que me abrió sus brazos en el Condado, quiero sentir que la ribera del río Guadalquivir a su paso por Sevilla me pertenece al igual que los recuerdos universitarios que se esparcen por las aceras sevillanas. Quiero imaginar que en Olvera hay algo más que un recuerdo. Quiero disfrutar sabiéndome gaditano de convicción y mirando al mar de mi pueblo. Quiero descubrir que la pertenencia a Puerto Real es algo más que dos palabras en mi DNI. Me ilusiona pensar que en Jerez me hice un hombre, y me alegra saber que junto a ella siempre me puedo sentir un niño, esté donde esté.

La pertenencia no la marca ni el lugar de nacimiento ni el lugar de residencia. Pertenezco a lo que quiero sin más explicaciones, pertenezco a lo que me hace sentir, y nada me pertenece más que mi sentimiento. El caso es que en él están todos esos lugares de los que os hablo. Cádiz, Sevilla, Olvera, Jerez, el Aljarafe, La Palma o Puerto Real, a todos pertenezco y quizás ninguno me pertenece a mí porque todos son de ella. Y en ella se resume mi heterodoxia de lugares y arraigos.

Soy lo que siento sin necesidad de haber nacido en el lugar que dio cuna a su belleza. Allí, en las fronteras casi del país, en las marismas universales, nadie es extranjero, nadie se siente foráneo.

Ella ha sido la primera a la que le he encomendado la difícil tarea de proteger el futuro. Una vela encendida en su candelero anuncia la vida.

jueves, 21 de marzo de 2013

Espera pasional

La verdadera pasión es lo que siente cada cofrade en sus entrañas a escasos días de la gran semana. La pasión de nuestra tradición y nuestras creencias encerrada en lo más profundo del estómago, un nudo que hace estar sediento aunque te sobre el agua, una espera que desespera, un galimatías de cábalas climatológicas... queda tan poco que ya parece que pasa...

jueves, 7 de marzo de 2013

Terremoto

Tuve la oportunidad de entrevistarlo y oirlo cantar a pocos metros de mi. De forma improvisada, sin guión, sin arreglos, con el único acompañamiento del sonido que producia el choque de sus palmas. Fernando Terremoto, una voz única. Por momentos así el flamenco me tiene atrapado desde hace años. Fernando se nos fue y la vida nos privó de seguir la evolución de uno de los grandes de Jerez, descendiente de una estirpe de cantaores rancios y puros. El eco de su voz es indescriptible. Cuando termino de ver este vídeo me repito siempre lo mismo, ¿cómo puede haber gente a la que no le guste el flamenco?


Sarao Films

A esto le llamo yo un trabajo bien hecho. Uno que canta como los Ángeles, un sonidista exquisito, un pedazo de realización... lo combinamos todo y sale esta maravilla. Qué orgullo ser amigo de los Sarao Films.