miércoles, 19 de junio de 2013

El adios de un grande

En el dormitorio de mis padres había un video beta. Pude llevarme cuatro meses seguidos viendo día tras día la final de aquel año grabada en una cinta que dejó de funcionar cansada de escuchar aquellos repertorios. Así me aficioné a los carnavales, sin saber por qué, sin entender si quiera el trasfondo de aquellas coplas, de aquellos sones. Nadie me empujó a ello, nadie me habló antes de carnaval, nadie me enseñó a poner aquella cinta, pero mis ocho años habían decidido entretenerse con aquello que cada día me dejaba maravillado.
 
El carnaval me enganchó desde pequeño. Reconozco que yo no sería el mismo sin este veneno y que esta pasión es algo inexplicable, tanto que a una de las habitaciones de mi casa le llamamos la habitación del carnaval. Desde aquellos 8 años me aficioné a tres comparsas por encima del resto, me transmitían más, me hacían sentir diferente, y lo han hecho durante muchos años.
 
No soy fanático de ningún autor pero los años y las coplas me han empujado a tener tres favoritos. Lo pasé mal con la ausencia de Antonio Martín y con la de los Majaras, pero el anuncio del adiós de Quiñones no sé por qué me suena más definitivo. Espero que tan solo sea un parón, un alto en el camino. Han sido muchas coplas y no volver a descubrir ninguna nueva se me hará difícil.
 
Los que amamos el carnaval te echaremos de menos maestro. Gracias por tantas letras.
 

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