martes, 25 de enero de 2011

Folio en blanco

Quien espera desespera y es que la mayor responsabilidad es la que se marca uno mismo. 30 años de fidelidad a su corona, una vida entregada a su contemplación y un calendario que descuenta mañanas como si una epidemia de prisa le corroyera por dentro.

Sé que iré con ilusión a la cita, con mi traje recién planchado y mi camisa de blanca timidez. Sé que los nervios anudarán mi estómago y que me será difícil contener la ilusión por mis ojos. Sé que seré feliz, aunque salga regular, aunque nunca llegue a lo que se espera. Pero aún no sé qué diré. Tengo claro lo que quiero transmitir pero aún no ha venido a visitarme la musa de la escritura, esa que hace tachones sobre los papeles del deseo.

Aún la espero.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Te llegará. Seguro que lo bordarás. Ya queda poco...