jueves, 27 de septiembre de 2012

Distancias vitales

La lluvia resbala tranquila por los cristales. Es como un llanto de olor a tierra húmeda que te transporta a otros mundos deseados. Cierro los ojos y recuerdo nuestro último encuentro, ese beso robado que tantos días llevo saboreando con el desconcierto que generan las cosas lejanas. Ojalá estuvieses cerca, ojalá hubiese podido estrecharte entre los brazos en estas últimas horas de agonía y malas noticias.
 
Son lazos, sentimientos, atracciones sin necesidad de explicación. Sigo necesitando vivir con esos recuerdos por culpa de la distancia. Un veneno que separa y une a partes iguales. Te necesito y siempre te espero. Estamos juntos en esto y en todo lo que desees porque yo deseo estar contigo.
 
Descuento las horas que quedan para poder desahogar mi vida en tu pecho, entre tus brazos. A todo esto me recuerda la lluvia nocturna y otoñal que resbala por los cristales.
 

No hay comentarios: