viernes, 5 de marzo de 2010

Pregonero

Próximamente tendré el honor y el orgullo de presentar en el pregón de la Semana Santa de Puerto Real a D. Manuel Miranda Lacalle, toda una institución en el mundo cofrade de mi pueblo.

Sueño con escuchar un pregón de libro. Con aprender de su experiencia y emocionarme con sus palabras. Miranda es una de esas personas para las que el mundo se divide en dos, su cofradía y el resto. Tiene el don de la ubicuidad y la persistencia, y nunca se cansa.

Yo prefiero las personas convencidas a las personas brillantes. Las primeras siempre están y a las segundas a menudo hay que buscarlas. En mi pueblo escasean personas como Manolo. Si vais por Puerto Real y preguntáis por él, el 99% de la gente os sabrá decir quién es y sobre todo a qué hermandad pertenece.

En su devoción nunca ha habido titubeos ni escarceos amorosos hacia otros titulares, pero en esta vida ni si quiera Manolo tiene el viento a su favor. Hay voceros talibanes y ocultos que no lo ven digno de este merecido pregón. Lástima que Miranda sea como es y se prive de devolver esos reproches en el propio pregón. Nadie puede cuestionar a quien se entrega durante más de 35 años a un cometido que le roba tiempo, esfuerzo y cariño. Nadie con dos dedos de frente puede poner en tela de juicio a una persona que si se ha equivocado en alguna ocasión siempre ha sido por sus ideales y por el amor a su hermandad.

Ojalá mi Cristo de la Vera-Cruz le ayude en su pregón y aunque no tiene nada que demostrar, demuestre que los que empezamos en esto como yo debemos callarnos y aplaudir cuando tienen la palabra los que no necesitan tenerla para ser respetados. Suerte amigo.

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