miércoles, 15 de abril de 2009

A escondidas

El 14 de abril de 1931 se proclamó la Segunda República, un estado democrático y aperturista que duró hasta el 1 de abril de 1939, fecha de la victoria definitiva del bando insurgente en la Guerra Civil Española.

Hace pocos días tuve la oportunidad de visitar en Priego de Córdoba la casa natal de D. Niceto Alcalá-Zamora, el que fuera primer presidente de la II República. Allí repasé la historia, una bonita etapa de nuestra maltrecha historia política. Pude hacerme fotos con la bandera oficial tricolor de la República y darme un baño de ideas e ilusiones.

Ayer se celebró nuevamente el día de la República, y es llamativo que coincida con un cambio de Gobierno hecho de forma cicatera, rastrera y oscura. No seré yo quien critique la idoneidad de una actualización de las carteras ministeriales, pero sí aseguro que nuestro presidente, el señor Zapatero, se ha cubierto de gloria con las formas.

Creo recordar que fue un 9 de abril de 1977 cuando aprovechando la Semana Santa, el relajo de las fuerzas del orden público y de la ciudadanía, Adolfo Suárez y el Rey legalizaron el Partido Comunista. Entonces se utilizó el telón de acero de la Semana Santa para un motivo aperturista, liberal y democrático, y sin embargo, en el año 2009, en plena etapa de talante, se utiliza la Semana Santa para ocultar, soslayar y minusvalorar lo que ha sido el reconocimiento del fracaso de un modelo político.

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