lunes, 1 de junio de 2009

Camino

La voz terminó cansada de caminar, mis piés doloridos, mi frente sudorosa y mi cuerpo cansado. Pero no lo cambio. Qué bien me lo pasé el viernes en el camino del Rocío. No paré de cantar, de bailar, de comer, de beber, de disfrutar. Caminé por asfalto, cemento, carriles, por arena y entre pinares. Ví emocionarse a amigos, ví una mirada distinta en Pepa, y miré, miré y miré. No me quise perder detalle. Entré en un mundo diferente, casi me sentí palmerino al ver su medalla en mi pecho, y a veces dudé de si yo era rociero. No lo soy pero eso no me restó ilusión, ni a ellos les quitó las ganas de mostrarme sus sentimientos. Mi primer camino y espero que no sea el último. La carreta más bonita del Rocío me dejó ir a su lado. Gracias.


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